Nuestro protagonista por cosas del destino es obligado por su madre a asistir a una terapia grupal para ayudarlo a lidiar con su baja autoestima, con lo que el no contaba era con que ahí se encontrara con una niña que desde el primer instante en que lo mira comienza a sentir que ella es la única persona con la que puede ser el mismo y con la que puede estar.
Nunca me he considerado una persona homofóbica, de hecho las pocas personas gays que llegue a conocer en algún punto de mi vida eran bastante agradables, sin embargo dentro de la comunidad LGBT también había o hay terminos que aún no llego a comprender del todo, y con este libro con su narración eso me quedo perfectamente claro.
Nos trata un tema muy controversial pero de una manera completamente natural así es como este tema se debe de manejar dentro de la literatura juvenil. Olvidemonos de tabues, al leer este libro olvidemonos de los generos ya que nuestros personajes simplemente son dos personas que se aman pero que por desgracia su relación es bastante estigmatizada por una sociedad cerrada que no alcanza a comprender, algo no muy alejado de la realidad.
Este libro te mete tanto en la historia de estos dos protagonistas que te terminas encariñando mucho con ellos y más porque son personajes muy realistas.
Cuando nuestro personaje masculino se entera de que la chica de sus sueños no es lo que parece, se molesta y se siente muy confundido; algo totalmente comprensible para alguien que esta pasando por esta situación, y ella a pesar de que sabe como todo el mundo, la sociedad en si la juzga saca muchísimo valor y sigue fiel a sus ideales y a sus deseos, dandonos una gran lección.
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