Las palabras biblos y liber tienen como primera definición, corteza interior de un árbol.
Los papiros fueron los principales soportes de la escritura en las culturas mediterraneas de la antigüedad, tanto en Egipto, como en Grecia y Roma. Los rollos de papiro, resultado del encolado de varias hojas, se envolvían en un cilindro de madera, enrollándolos.
Progresivamente el pergamino fue sustituyendo al papiro en el siglo III a.C. Su invención se atribuye a Eumenes III, rey de Pérgamo, de donde procede el nombre de pergamineum que derivó en pergamino.
La difusión, la conservación y la reflexión sobre la catalogación del libro y la crítica literaria se desarrollaron durante la época helenística, con la creación de grandes bibliotecas. La edición de un libro se desarrolló en Roma en el siglo I a.C., con la literatura latina influenciada por el helenismo.
El libro se difundió gracias a la extensión del imperio que implicó la imposición de la lengua latina en la mayoría de los pueblos.
El papel reemplazo progresivamente al pergamino. Una materia más barata que permitió una difusión más amplia del libro.
Y como no quiero aburrirlos con tanta historia, aquí los dejo pero la historia del libro se extiende mucho más incluyendo la imprenta.
Ahora ya sabemos un poquito del término y la historia de este objeto que nos brinda tantas y tantas horas de aventura.
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